Testimonio Familia Pastoral - IGLESIA CENTRO

Vaya al Contenido

Menu Principal:

Testimonio Familia Pastoral

QUIENES SOMOS > MINISTERIOS
Creo que desde antes de conocer a Cristo como mi Señor y Salvador, de alguna manera ya estaba involucrado en este ministerio. Como familia tuvimos muchos inconvenientes, principalmente con mi hermana menor a los cuales se sumaron las múltiples pérdidas de embarazos de mi señora esposa (cinco) y como desencadenante de éstos hechos fue que caímos rendidos a los pies del Señor Jesucristo.

En el año 1989 mas exactamente el 7 de Junio, junto a mi esposa Elida en “La Iglesia Bautista del Centro en Capital Federal” nos entregamos a Cristo y por su gracia “Nacimos de Nuevo”. A partir de ese momento todo comenzó. Al poco tiempo nos proponen tener un niño que fue abandonado por sus padres, quien es ahora nuestro hijo mayor Luis Isaías, contaba por aquellos días con solo seis años de edad. Mi esposa fue invitada unos meses mas tarde a un taller de mujeres en la Iglesia hermana Bautista de Adrogué (Prov. De Buenos Aires). Y en esa reunión estaba ministrando la predicadora Cindy Jacob, ella tuvo una palabra profética y dijo: “Que mi esposa iba a quedar embarazada y que este embarazo llegaba a su termino”. En ese mismo instante Elida ya estaba de tres meses y medio (nosotros no lo sabíamos) de quien hoy es nuestro segundo hijo Marcos Ezequiel, más tarde Dios nos regala a Débora nuestra hija menor.

Desde que me convertí al Señor, Dios de alguna manera puso en mi corazón el ministerio de liberación y me vi involucrado junto a otros hermanos en un “movimiento revolucionario interno” para levantar un ministerio que por aquellos años ni siquiera se tenía considerado en nuestra congregación. La iglesia necesitaba pasar en aquellos días por cambios que tenían que ver con su renovación; pero ahí estábamos los “Rebeldes con Causa” ayunando, orando, batallando con lágrimas y gemidos; dos veces por semana, mi hermana Alba, junto a mí esposa y yo, hacíamos ayuno y oración en nuestro departamento para que esta bendición llegara a nuestra amada Iglesia Bautista del Centro. Nunca perdimos: “La sujeción a nuestros pastores” y aunque no los entendíamos, los amábamos anhelando sobre ellos la renovación.

Yo era un Católico Apostólico Romano “nominal”, no conocía nada sobre la vida de los evangélicos, no sabía que era ser Bautista, Pentecostal, Hermano Libre, etc. no conocía nada, sólo había “Nacido de Nuevo”. Y cuando pasaron solo seis meses de mi conversión, después de cumplir con ciertos estudios que teníamos en la iglesia y luego de mi bautismo, de una manera algo especial me vi colaborando en mi primera campaña Evangelística con el Ministerio de Mensaje de Salvación del Ev. Carlos Annacondia, esto fue por el año 1989 (campaña de Berazategui “Jesús te ama”). ¿Pueden ustedes imaginarse a un Bautista metido en aquellos años en la carpa de Liberación?

El ministerio del hermano Annacondia es algo “especial”. Él predica a Jesucristo como el Señor y Salvador, luego del mensaje hay un período muy extenso donde el evangelista ora poderosa y eficazmente por las personas que pasaron al frente y tomaron decisión por Cristo, en ese momento de la campaña comienza el primer período de personas que manifiestan en su interior haber tenido algo que ver con el reino de las tinieblas, la oración del hermano es muy “fuerte” confrontado abiertamente al enemigo de nuestras almas con sus ya clásicas palabras “OIME BIEN SATANÁS”.
Cuando Carlos dice eso, hay que abrocharse bien los “cinturones de seguridad” porque empiezan a entrar en la gran carpa de liberación todos los oprimidos, atormentados, atados y endemoniados por el diablo.
Ahí estaba metido, y en ese asombroso lugar que uno tiene el inmenso privilegio de ver con sus propios ojos lo que enseña la Palabra de Dios en Marcos 16:15-20 en vivo y en acción, este fue el sitio donde el Señor usó para comenzar con mi formación en éste ministerio.

Allí conocí, a quien luego se convertiría en mí “papá espiritual”, el pastor Pablo Bottari, desde el primer momento en que me acerque a él vino a mí algo así como lo que le pasó a Eliseo con Elías (2 R. 2:2) “...Eliseo dijo: “Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré”. (2R. 2:9) “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí”.

Nuestra relación fue creciendo campaña tras campaña, taller tras taller; hasta el día de hoy en que llevo cariñosamente el apodo de: El “Timoteo” de Pablo Bottari (también él compone el equipo de pastores de la Iglesia Bautista del Centro de Capital Federal).
Mí experiencia y formación fueron creciendo, hasta que llegó el día 2/11/97 donde fui ordenado al ministerio pastoral. Hoy formo parte del grupo de pastores de la Iglesia Bautista del Centro y he tenido y tengo el privilegio de dar talleres, en el interior de nuestro país en clínicas pastorales (junto a Carlos Mraida y Pablo Deiros) y en el exterior.

Hoy, al momento de estar redactando éste testimonio y presentando el ministerio que Dios nos ha dado por su gracia, soy pastor de La Iglesia Centro en L. N. Alem – Misiones – Argentina, sito en calle: Las Heras 165 / Tel: (54) (03754) 421-626. CP: 3315.

Con respecto “El A.B.C de la Liberación” y como se dictan los talleres, podemos decir que es, un material sencillo pero muy profundo. Solemos ser invitados por las Congregaciones todo un fin de semana, donde a modo de ejemplo lo desarrollamos de la siguiente manera:

• Viernes por la noche Culto de Apertura
• Sábado por la tarde y noche (en varios bloques) el Taller
• Domingo por la mañana finalización del Taller
• Domingo por la noche Culto de Cierre

Con las herramientas que se presentan, usted podrá en el nombre del Señor Jesús y conforme a su llamado ministrar liberación a las personas cautivas por el enemigo, ya que el “A.B.C de la Liberación”, es la suma de una tarea de años de trabajo, sudor y más de una vez lágrimas del Pastor Pablo Bottari, sumado a mi experiencia personal, hacen de este “curso o taller”, una herramienta apta para un ministerio tan necesario y vigente.

Cada día son más los creyentes que descubren que están atrapados por ataduras espirituales, que les impiden vivir una vida victoriosa en Cristo Jesús. En este tiempo el Señor está llamando a sus “hijos /as a libertad”, y a no vivir ya mas como un pueblo cautivo, sino a vivir como un “Pueblo Victorioso”.

Por otro lado, en este “Tiempo Final” el reino de las tinieblas se está levantando con violencia y la Iglesia de Cristo debe estar libre y dispuesta para empuñar las armas y el poder del Espíritu Santo para vencer en el nombre de Jesús.

Dios nos ha dado a una palabra específica, y Él ha sido fiel:

“Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay para tu porvenir, dice Jehová,
y los hijos volverán a su propia tierra”. (Jr. 31:16-17)


 
Regreso al contenido | Regreso al menu principal